Alopecia emocional: una de las consecuencias del estrés

El estrés se ha convertido en un problema de Salud Pública; una patología que se implica un un desorden psicológico que tiene un gran impacto no solo en nuestra mente sino también en nuestro cuerpo. Una de las consecuencias directas del estrés en nuestro cuerpo es la pérdida de pelo, desencadenada por la conocida como alopecia emocional o alopecia nerviosa. Aunque es más común de lo que nos imaginamos, no es tan agresiva como lo puede ser la alopecia androgénica y además podemos ponerle una solución más sencilla. Detener la pérdida de pelo por estrés va a depender de que sigamos ciertas pautas.

Se trata de un tipo de  alopecia, la alopecia emocional, afecta por igual a hombres y mujeres, incluso a adolescentes y niños aunque en menor medida. Y es que todos somos susceptibles de caer en estados de ansiedad, de depresión o de estrés. Sea por trabajo, por problemas familiares o cualquier situación que nos genere tristeza, nuestro organismo responde de forma negativa. Las consecuencias pueden ser tales como la fatiga, defensas bajas, fallos respiratorios o la interferencia en el ciclo del cabello.

La consecuencia es el incremente lo de una hormona llamada cortisol que ataca los folículos pilosos, iniciándose así el proceso de efluvio telógeno. Afecta al funcionamiento normal del ciclo del cabello porque obliga a los folículos a permanecer en fase de reposo, deteniendo la fase de crecimiento.

A diferencia de la alopecia androgénica y la alopecia areata, la evolución de la alopecia nerviosa se caracteriza por ser gradual y uniforme, aunque durante un espacio en principio más corto de tiempo. Desde que se inicia este proceso hasta que se produzca la pérdida de pelo por estrés pueden pasar tres meses.

Se empieza a notar la alopecia emocional cuando nuestro cuero cabelludo se vuelva más sensible al roce, de manera que simplemente con peinarnos sintamos ciertos dolores o molestias. Los primeros síntomas de la alopecia nerviosa se reflejarán también en la apariencia del cabello, pues perderá brillo y volumen y se volverá más seco y quebradizo. Otra consecuencia capilar del estrés es la aparición repentina de las canas.

Frenar la alopecia emocional

Se trata de un problema puntual, ya que depende de nosotros mismos y de nuestra capacidad para revertir la situación emocional adversas que nos provoca el estrés. De esta forma la producción de cortisol se reducirá a niveles normales y el ciclo del cabello reanudará su funcionamiento. Un método eficaz para esto es la psicoterapia, que reúne técnicas de relajación, así como ejercicios de respiración. Sabemos que no es fácil relativizar nuestros propios problemas y mantener una actitud positiva en todo momento, pero es importante resolver esos conflictos para cuidar nuestra salud.

Evitar la pérdida de pelo por estrés también es posible si mantenemos una dieta sana y equilibrada, rica en oligoelementos tales como el zinc o el hierro, sin olvidarnos de la vitamina B y aminoácidos que regulen nuestro ciclo del cabello. La hidratación es fundamental, por lo que debemos beber al menos dos litros de agua al día. La medicación es otra alternativa, que debe ser administrada por tu clínica capilar. Dormir 8 horas y hacer ejercicio físico también te ayudarán a reducir los niveles de estrés y, por tanto, a mejorar la salud capilar. 

 





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